martes, 16 de noviembre de 2010

ANÉCDOTA HISTÓRICA

En primera este testimonio, es  del año del 15 de noviembre de 1999, de un gran señor y que Dios lo tenga en su gloria, a quien le debemos y agradecemos tantos sacrificios para la comunidad, y también agradezco a uno de sus nieto Eric Díaz quien me proporciono este material para conocer uno de tantos conflictos de nuestra comunidad.

“ABUELO CUENTAME UN SIGLO”
           Oaxaca, Oax., a 15 de Noviembre de 1999.
En 1956 un decreto presidencial anuncia que de nuestro territorio nos van a expropiar más de 18 mil hectáreas para reubicar a nuestros hermanos chinantecos, ojitecos y mazatecos por la construcción de la Presa Miguel Alemán. Un día de ese año llegaron a la comunidad de J altepec de Candayoc unos ingenieros para decimos que vendiéramos nuestras pertenencias y saliéramos del pueblo porque estas tierras ya no eran nuestras, que así lo ordenaba el señor Presidente. Nosotros al principio no creíamos esto, no creíamos que el gobierno fuera capaz de hacemos esto, pero, cuando vimos que estos ingenieros realizaban trabajos en nuestros terrenos decidimos ir a nuestra cabecera distrital de Zacatepec, Mixe para hablar con el Juez y solicitar un documento en el cual se acreditara nuestra propiedad de las tierras invadidas por la comisión del Papaloapan. Por extendemos este documento, el Juez nos cobró 18 mil pesos, esa cantidad nuestra mente
 nunca la había pensado, y después de vender caballos, marranos y guajolotes, acompletamos el dinero para pagarle y con el documento en la mano nos enfrentamos a los Ingenieros. Cuando ellos leyeron este papel, se rieron y en nuestra presencia lo rompieron diciéndonos que eso no servía. Era dificil permanecer ahí, la policía que custodiaba a los Ingenieros nos agredían, nos amenazaban y con sus balas nos hacían correr. Así fuimos viendo como la comisión del Papaloapan fraccionó ese predio al que le denominaron "Predio Cihualtepec" sin que a la fecha se le haya indemnizado a nuestra comunidad, a pesar de que en el decreto expropiatorio se ordena cumplir con este pago.
Nos sentíamos perdidos, agotados, nos quitaron el predio Cihualtepec y ahora entendíamos que habíamos perdido más tierra años atrás. Con todo esto nos reunimos en asamblea general para buscar una solución. Nuestros comuneros comisionaron a los compañeros Mauro Ramos Hemández y Eleuterio Pacheco Díaz para que fueran al Ar~hivo General de la Nación a buscar los documentos de nuestros terrenos, ellos tuvieron que trabajar en la ciudad de México, D.F. para poder mantenerse durante los días que duró la búsqueda de nuestros documentos. Fue en esa ida cuando encontraron nuestro Título Primordial que se declaró auténtico para el Reconocimiento y Titulación de nuestros Terrenos Comunales.
El primero de octubre de 1968, salió nuestra Resolución Presidencial que nos titulaba 14,861 hectáreas como Bienes Comunales y 129 hectáreas de para zona urbana. Para nosotros, esta es una Resolución de despojo, nuestra mente y nuestro corazón no acepta estos nuevos linderos, para decir la verdad pocos fuimos a colocar esas mojoneras. Todo esto se dice y se hace fácil en un papel, pero, en la vida no se vive en papel y la vida no es nada fácil. Las luchas y sufrimientos de un pueblo no son papeles, son lagrimas, sudores y sangre, son vidas cortas y muertes tempranas, son hambres y privaciones, son algo más que papeles que salen de un escritorio firmados por un Presidente.
Ahora nos dicen que nosotros hemos sido muy tontos, porque había una Ley que decía que alguien podía declarar una tierra como propia y que si nadie, en un determinado tiempo no la reclamaba, era Presidente del Comisariado de Bienes comunales. Yo y otros cinco compañeros fuimos torturados, a mi me tuvieron colgado un día y una noche, solamente la punta de mis pies tocaba el piso, así me estuvieron golpeando y por eso estuve escupiendo sangre durante dos meses. A mis otros compañeros los golpearon en los testículos, en el cuello, en la columna y también han quedado inservibles para toda la vida. Vean mis dedos como están quebrados por los culatazos. No se me olvida como nos decían los judiciales, "estos pinches indios no merecen vivir".

Por defender a nuestra madre tierra, siguieron las detenciones y encarcelamientos, en diciembre de 1996 y en julio de 1997. Todo está claro, en nuestra región del bajo mixe la justicia tiene un precio, todo está obedeciendo a intereses caciquiles.
El 20 de marzo de 1990 fue a visitamos el Presidente de la República LIC. CARLOS SALINAS DE GORTARI. La primera vez que viene un Presidente a vemos, nosotros con aquella alegría, le escuchamos decir que estaba interesado en ayudar a estos pueblos indígenas, de ayudar a esta zona que por tanto tiempo a estado marginada y digo escuchamos porque no nos dejaron hablar, decide lo que sentíamos, lo que queríamos, platicarle de la invasión de nuestras tierras, lo que el, que decía estar interesado en ayudamos podría hacer. Pero no fue posible porque los delegados de gobierno que fueron a preparar su visita no permitieron que dijéramos alguna otra cosa más de aquella que ellos nos habían señalado. Y así vimos como se fue elevando el helicóptero y como se iban hundiendo nuestras esperanzas.
Hay cosas que son claras y por eso es que se entienden, pero hay otras que no se pueden comprender por más que se quiera si no se basan en la verdad. Ahora, a más de cinco siglos de la invasión española se remueve la historia y se empieza a ver que han venido existiendo dos historias., Una historia la escriben los de arriba, los vencedores, los invasores. Otra es la historia que no se escribe con letras, ni en libros para enseñarse en las escuelas y esa historia tiene letras escritas con esa tinta roja que se llama sangre y se cuenta de padres a hijos porque está prohibida su entrada a las escuelas. Incluso los maestros la desconocen, pero esa historia es la verdadera y es la nuestra. Esa es la historia que vale porque está basada en la vida. Pues esta historia dice que por siglos somos los mixes los que hemos sido los dueños de toda esta tierra, esta tierra que nos ha costado hasta dinero en oro, sudor y sangre y si esta historia no se quiere creer están los documentos que los mismos invasores hicieron. Por consiguiente no nos queda otra cosa de luchar para que se dé a conocer la verdad y entonces poder entender todo lo que hay debajo, escondido y que estorba. Todo eso que nos quita la paz y que no permite que trabajemos tranquilamente.
Quiero hacer del conocimiento de ustedes que después de un largo peregrinar por las oficinas del gobierno, por los Tribunales Agrarios y de Circuito, aún con la desesperación, en ocasiones con la esperanza perdida, pero con la fe firme y la confianza en que un día la justicia tenía que llegar a nuestra comunidad, el día primero de octubre del presente año se ejecutó la sentencia del Tribunal Superior Agrario que restituye a nuestra comunidad las tierras invadidas por los michoacanos. Este hecho ha venido a revivir la confianza en la justicia, en las instituciones y en el ser humano mismo, porque detrás de un Juez, de un Magistrado, de un Gobernador y de un Presidente; está una persona, hay un corazón humano que siente y escucha las demandas de una comunidad y puede vivir junto con nosotros la lucha por la tierra; “una lucha de vida”, como he titulado esta historia.

Se despide su amigo "El labrador".



2 comentarios:

  1. woa que historia tan impresionante y tan cierta por ke desgraciadamente en nuestro pais la corrupcion no es de ahora sino de muxos años atras y ojala algun dia todas las personas hagamos conciencia de que todos somos hermanos y que "la tierra es de quien la trabaja".

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  2. Asi es, de verdd que es impresionante saber que aun hay personas que en realidad le interesa ayudar a las demas personas en el trabajo de las tierras!!!
    Muy impresionante!!
    Saludos

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